viernes, 6 de enero de 2012

Nunca te acostarás sin saber una cosa más


No me las voy a dar de marisabidilla, y voy a empezar reconociendo que pedimos estos estupendos kits sin conocer nada en absoluto acerca de los doudou. Sólo me planteé que no podía pasar un día más sin ver en mi tienda esas adorables cajitas. Traen todo lo necesario para confeccionar tu propio doudou (el patrón, la tela, el relleno...) y cada modelo tiene nombre propio.
Una vez llegaron, casualmente conocí la historia, y me parecieron aún más entrañables.
Un doudou viene a ser ese juguete o peluche favorito que todos hemos tenido en nuestra infancia y del que no nos podíamos despegar. Ése sin el cual no podíamos salir de casa, ni montarnos en el coche, y mucho menos dormir.
Si además olía a mamá, mejor que mejor, porque suponía poder tenerla cerca incluso en aquellos momentos en los que no lo estaba.
Así, cualquier objeto podría convertirse en un doudou, sobre todo si era blandito y fácilmente manejable por un niño de corta edad.
¿no os parece tierno?